lunes, 12 de noviembre de 2012

PERSONAJES QUERIBLES: 
      CLEMENTE ONELLI Y SUS CRIATURAS

Para finales de siglo XIX los mataderos de la ciudad se encontraban emplazados en Parque Patricios, pero con las nuevas olas de medidas higienistas, lo "no deseable" comenzó a quitarse de la vista de los porteños.
Así, en 1903 se eliminaron los últimos restos de matadero y se limpiaron matorrales con un objetivo fijo: crear otro zoo en la ciudad, el zoológico del Sud. La idea era construir un lugar de esparcimiento en días de fiesta, y hacer un paseo higiénico e instructivo para niños.

Para este proyecto en 1907 fue llamado Clemente Onelli director del Zoo de Palermo, quien en menos de un mes puso en marcha el proyecto.
Los primeros animales fueron dos guanacos, dos avestruces, un camello, dos cebúes, etc. Al poco tiempo Onelli, quien era de un espíritu muy inquieto, construyó también un albergue para aves silvestres y otro para aves acuáticas. Este último tenía forma de chalet de ferrocarril y estaba rodeado de un pequeño lago con piedras. El zoológico recibía 30.000 personas por mes.




Al tiempo Onelli abrió un tambo, dotado de corrales con cabras y encomendó la construcción de un chalet estilo suizo donde instaló al tiempo un establo.
A la inauguración de este nuevo sector asistió el entonces presidente Roque Saenz Peña y su mujer. Este último, fue el primero en probar la leche de cabra ordeñada en el momento, quien la saboreó y la halló excelente. De allí en adelante se ordeño leche en público, con las mejores condiciones de higiene y a un precio sumamente bajo.

Onelli no tenía nada librado al azar, y al realizar una pequeña excavación encontró un empedrado, cañerías y alcantarillado del antiguo matadero, y con ello planificó un circuito de ruinas antiguas. Allí también levantó construcciones de arquitectura griega y romana haciendo juego con su idea.

En el fondo del predio existía una imagen de la loba amamantando a Rómulo y Remo, y allí se reconstruyó el Acueducto Claudio, un pabellón de felinos, con osera y jaulas con diversos mamíferos protegidos con rejas. También existía una jaula gigantesca "El templo de Vesta" que contenía aves de gran envergadura, y "el templo de la Fortuna Viril", con estatuas de Apolo y Aquiles, utilizado como confitería de estilo pompeyano.

El éxito de este zoo se mantuvo por algún tiempo, pero decayó con la reducción del presupuesto, hasta que solo quedaron ruinas de la confitería, que actualmente pueden verse sobre la Av. Caseros detrás de la calesita del Parque.

Ahh... algunas anécdotas cuentan que Clemente Onelli tanto en Parque Patricios como en Palermo, recurría a grandes medidas de marketing para sus zoológicos
¿Como era esto? Simple, propiciaba a que la gente se subiera a camellos o que acariciara las jirafas. Un verdadero visionario.


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lunes, 12 de noviembre de 2012

PERSONAJES QUERIBLES: 
      CLEMENTE ONELLI Y SUS CRIATURAS

Para finales de siglo XIX los mataderos de la ciudad se encontraban emplazados en Parque Patricios, pero con las nuevas olas de medidas higienistas, lo "no deseable" comenzó a quitarse de la vista de los porteños.
Así, en 1903 se eliminaron los últimos restos de matadero y se limpiaron matorrales con un objetivo fijo: crear otro zoo en la ciudad, el zoológico del Sud. La idea era construir un lugar de esparcimiento en días de fiesta, y hacer un paseo higiénico e instructivo para niños.

Para este proyecto en 1907 fue llamado Clemente Onelli director del Zoo de Palermo, quien en menos de un mes puso en marcha el proyecto.
Los primeros animales fueron dos guanacos, dos avestruces, un camello, dos cebúes, etc. Al poco tiempo Onelli, quien era de un espíritu muy inquieto, construyó también un albergue para aves silvestres y otro para aves acuáticas. Este último tenía forma de chalet de ferrocarril y estaba rodeado de un pequeño lago con piedras. El zoológico recibía 30.000 personas por mes.




Al tiempo Onelli abrió un tambo, dotado de corrales con cabras y encomendó la construcción de un chalet estilo suizo donde instaló al tiempo un establo.
A la inauguración de este nuevo sector asistió el entonces presidente Roque Saenz Peña y su mujer. Este último, fue el primero en probar la leche de cabra ordeñada en el momento, quien la saboreó y la halló excelente. De allí en adelante se ordeño leche en público, con las mejores condiciones de higiene y a un precio sumamente bajo.

Onelli no tenía nada librado al azar, y al realizar una pequeña excavación encontró un empedrado, cañerías y alcantarillado del antiguo matadero, y con ello planificó un circuito de ruinas antiguas. Allí también levantó construcciones de arquitectura griega y romana haciendo juego con su idea.

En el fondo del predio existía una imagen de la loba amamantando a Rómulo y Remo, y allí se reconstruyó el Acueducto Claudio, un pabellón de felinos, con osera y jaulas con diversos mamíferos protegidos con rejas. También existía una jaula gigantesca "El templo de Vesta" que contenía aves de gran envergadura, y "el templo de la Fortuna Viril", con estatuas de Apolo y Aquiles, utilizado como confitería de estilo pompeyano.

El éxito de este zoo se mantuvo por algún tiempo, pero decayó con la reducción del presupuesto, hasta que solo quedaron ruinas de la confitería, que actualmente pueden verse sobre la Av. Caseros detrás de la calesita del Parque.

Ahh... algunas anécdotas cuentan que Clemente Onelli tanto en Parque Patricios como en Palermo, recurría a grandes medidas de marketing para sus zoológicos
¿Como era esto? Simple, propiciaba a que la gente se subiera a camellos o que acariciara las jirafas. Un verdadero visionario.


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