miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿TANTO LIO POR UN RICO Y SUCULENTO... "HELADO" ?

Para la década del '20 el hielo no era un producto masivo.
Para conservarlo en una casa, había que tener un mueble que no era otra cosa que una caja aislada y revestida en madera en la que se colocaba un cuarto o media barra de hielo con el fin de conservar algún alimento.

Esta antigua heladera funcionaba como una conservadora, motivo por el cual todos los días había que poner hielo nuevo, lo que lo tornaba poco práctico.

Muchas veces en verano y pese al hielo, la temperatura en el interior de la heladera aumentaba en exceso y los alimentos terminaban irremediablemente atacados por las bacterias. Por esa razón la compra de carne u otros productos perecederos debía realizarse día a día según las necesidades de consumo.

Buenos Aires tuvo provisión de hielo desde 1856.
El depósito estaba frente a Plaza de Mayo, en los zótanos del antiguo teatro Colón (donde hoy está el Banco Nación) y este era abastecido por barcos acondicionados que traían los bloques desde Estados Unidos y Europa.
La primera fábrica de hielo fue instalada en 1860 por Emilio Bieckert con el propósito de sostener su producción de cerveza.

La venta de helados es de la misma época. El primero en vender el dulce helado fue el portugués Miguel Ferreira, dueño del Café del Plata situado en Rivadavia entre Tacuarí y B. de Irigoyen.

Años más tarde se importaron pequeñas máquinas que ayudadas por hielo que enfriaba la mezcla y tras horas de girar una manivela, permitían obtener deliciosos helados caseros. El helado había que tomarlo en el momento sino no había manera de mantener su cremosidad y textura.

He aquí el ranking de las mejores heladerías porteñas según el paladar "sofisticado" de los integrantes de Metejon de Barrio:

1º Luisito (Sanabria y San Blas)
2º Diecci (Chivilcoy y Navarro)
3º Leoyak (Independencia y Boedo)

Nota: hemos dejado de lado las grandes cadenas de helado por una cuestión de privilegiar lo artesanal.

A continuación ustedes pueden participar haciendo su propio ranking heladero, de acuerdo a sus gustos, no sin antes pasar las coordenadas a fin de poder corroborar si de verdad tienen razón...


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miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿TANTO LIO POR UN RICO Y SUCULENTO... "HELADO" ?

Para la década del '20 el hielo no era un producto masivo.
Para conservarlo en una casa, había que tener un mueble que no era otra cosa que una caja aislada y revestida en madera en la que se colocaba un cuarto o media barra de hielo con el fin de conservar algún alimento.

Esta antigua heladera funcionaba como una conservadora, motivo por el cual todos los días había que poner hielo nuevo, lo que lo tornaba poco práctico.

Muchas veces en verano y pese al hielo, la temperatura en el interior de la heladera aumentaba en exceso y los alimentos terminaban irremediablemente atacados por las bacterias. Por esa razón la compra de carne u otros productos perecederos debía realizarse día a día según las necesidades de consumo.

Buenos Aires tuvo provisión de hielo desde 1856.
El depósito estaba frente a Plaza de Mayo, en los zótanos del antiguo teatro Colón (donde hoy está el Banco Nación) y este era abastecido por barcos acondicionados que traían los bloques desde Estados Unidos y Europa.
La primera fábrica de hielo fue instalada en 1860 por Emilio Bieckert con el propósito de sostener su producción de cerveza.

La venta de helados es de la misma época. El primero en vender el dulce helado fue el portugués Miguel Ferreira, dueño del Café del Plata situado en Rivadavia entre Tacuarí y B. de Irigoyen.

Años más tarde se importaron pequeñas máquinas que ayudadas por hielo que enfriaba la mezcla y tras horas de girar una manivela, permitían obtener deliciosos helados caseros. El helado había que tomarlo en el momento sino no había manera de mantener su cremosidad y textura.

He aquí el ranking de las mejores heladerías porteñas según el paladar "sofisticado" de los integrantes de Metejon de Barrio:

1º Luisito (Sanabria y San Blas)
2º Diecci (Chivilcoy y Navarro)
3º Leoyak (Independencia y Boedo)

Nota: hemos dejado de lado las grandes cadenas de helado por una cuestión de privilegiar lo artesanal.

A continuación ustedes pueden participar haciendo su propio ranking heladero, de acuerdo a sus gustos, no sin antes pasar las coordenadas a fin de poder corroborar si de verdad tienen razón...


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